Eugene Manet y su hija en Bougival (Morisot, 1881)
Hace unos años, leí un artículo que contaba que Correos, para potenciar el envío de postales ante la bajada de su uso por las nuevas tecnologías, había diseñado un código que, al escribirlo en el hueco destinado para el sello, permitía enviar cualquier postal de manera gratuita. Postales sin sello. Al principio pensé que aquello suponía quitar toda la gracia al asunto. Recuerdo ir de pequeña con mi Avi al estanco en verano y comprar mogollón de sellos para poder enviar todas las postales que había escrito a mis amigas y enseñarles así todos los sitios guays en los que habíamos estado durante las vacaciones. “Se te va a quedar la lengua como una lija”, solía decirme. Pero esa era la mejor parte, pegar los sellos en su cuadradito.
Siempre me gustaron las postales, cartulinas tamaño cuartilla en las que tenías el reto de resumir todas tus ideas dentro de un espacio minúsculo, las abuelas de Twitter podríamos decir. En ellas es donde empecé a plasmar mis primeros textos; primero pensamientos, luego ideas más elaboradas, pero siempre sobre postales.
Por supuesto, estas nunca se enviaban. No, esas postales eran solo para mí, lo hacía como algo terapéutico. Mis propias postales sin sello.
Cuando mi madre estaba embarazada de mí y yo todavía no había nacido, mi Avi me escribió una postal. Mi primera postal sin sello. Y desde entonces, ese pasó a ser nuestro medio favorito de comunicación. Gracias a él y siguiendo su ejemplo, yo también empecé a escribir.
Querida nieta:
Aquí me tienes, preparándome para ser un abuelito casi perfecto. Saluda a tus padres cuando les veas y dales un abrazo de mi parte.
Petonents del abuelo
Años después, todavía sigo escribiéndole postales. Y aunque mi Avi nos dejó hace unos años, estas siempre van a ir dirigidas a él. Es una tradición inquebrantable. Sé que desde donde esté, seguro que sigue leyéndolas.
Hace poco decidí publicar el texto de una de nuestras postales, y luego otro. Y, animada por mis amigos y familiares, decidí embarcarme en este proyecto que llevaba tiempo rondándome la cabeza; breves textos sobre la vida, reflexiones que se me ocurren de vez en cuando e historias de amor y desamor que espero resulten de vuestro agrado.
Querido Avi, empieza la aventura. Bienvenidos a nuestras Postales Sin Sello.
Postales Sin Sello
Me quedo. ❤️
No sabía de la existencia de esta postal!!! Que creativo era el avi!!! Y has salido a él, sin duda. Enhorabuena por esta iniciativa que me entusiasma. Vaaaamooooossss